El tango llegó a París a principios del siglo XX, y pronto los franceses se enamoraron de él. Pero el “metejón” fue mutuo: el tango se quedó a vivir en París y París se quedó a vivir en el tango, porque desde entonces muchas letras de tango fueron recogiendo retazos de París, del idioma francés y de la cultura francesa.

 

        Así es que nombres, palabras, términos, frases, giros idiomáticos, referencias a calles, plazas, avenidas, barrios, monumentos, personas, personajes, su historia, su literatura, su lírica y muchas otras manifestaciones artísticas y populares de aquel gran país están presentes para siempre entre nosotros. Fueron incorporadas y adoptadas en las letras y en los títulos de cientos de tangos, valses y milongas rioplatenses. En muchos casos con las lógicas variaciones en la grafía y en la pronunciación, consecuencia de las diferencias idiomáticas, pero siempre con una indudable intencionalidad de“parlar en francés”. 

 

Víctor A. Benítez Boned

       “El autor de este libro, en un trabajo fenomenal, ha reunido un bagaje extraordinario de tangos en los que aparecen palabras francesas, y la inmensa mayoría son de la década del 20. Sus principales autores, Cadícamo y Romero, quienes, por cierto, conocieron el París de esos dorados años y frecuentaban la alta noche tanto allá como aquí. Y su principal intérprete, Gardel, que fue la gran luminaria de la Ciudad Luz.

 

       Si el trabajo de recopilación es más que excelente, el hecho de ser complementado con la atinada explicación de los términos y el por qué de su uso en cada letra, convierte a este libro en una fuente de información indispensable para quienes pretendan acercarse al tango de esos años. Todo ese bagaje de términos entrañables que vienen desde nuestros más lejanos recuerdos, y que conforman un argot propio, sin transferencia posible a otras latitudes, ni siquiera al interior de nuestro propio país, ha quedado anclado en la letra de aquellos tangos. Ya no son. Pero su presencia permanecerá por siempre en la memoria, como un signo misterioso de conjurados, como el sonido apagado de la nostalgia, como el eco del último tango en París”.

 

Enrique Espina Rawson

Presidente del Centro de Estudios Gardelianos

www.quienesgardel.com.ar

 "Muñeca Brava". Tango de 1929. Letra: Enrique Cadícamo. Música: Luis Visca. Voz: Carlos Gardel